Leo
a Rojas, al chileno, y me pregunto por qué no fue mío, por qué esa capacidad de
hacer hablar, cosa que tanto cuesta.
Me cuesta, no crean, pero hay versos, o textos a veces, que me hacen hablar.
Me cuesta, no crean, pero hay versos, o textos a veces, que me hacen hablar.
Más
que hablar decir, volver al accidente que se tiene guardado, creyendo que es "mi
accidente", el yo más puro, para alcanzar el día después un fraseo que viene a engarzarlo en la
realidad, a volverlo aire, dice él, lo
que para mí es nado.
Entonces braceo, y voy braceando:
Entonces braceo, y voy braceando:
Dónde
termina el universo
No alcanza la respuesta, ni el infinito
de un ocho acostado donde abro
tu entrega
porque volvemos a
la cara plana
después de dicha una estrella, y negro.
Abismo
en el que somos elemento
eje, donde se pone la vida
sin no haber, lo que se/me sirva
de vos...
y sigue
otro
día sigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario