... a veces, me doy vergüenza
de mí
de no poder cambiar la cara
vuelvo a la casa
que flota río
de seguir aladas
de seguir aladas
firme a contra peso
sosteniendo el puñado de igualdades
y tablas
juego a futuro hasta el cuello
termino
por techo en cuento de otra
pero aún mansa,
ni en birome
cambia,
cara mía.
cara mía.
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