He llegado a creer que hay gente que odia los libros. No cualquier gente, sino
–¡qué triste!- gente que está cercana a ellos. Es más, gente que dice amarlos.
No son todos, pero son casi la mayoría.
Los escritores. Cosa increíble pero cierta: odian los
libros. Escriben libros con fruición pero no los aman. No hacen un culto de los
volúmenes, no los abren por la mitad como a un amante para sentirle el sexo. Y
no leen. Posiblemente, ni los propios libros, ni los libros de los amigos, ni
los best sellers, nada. Y si es un mamotreto de 500 páginas, menos. Uno no
puede imaginarse que personas que merodean el ámbito de los libros sientan en
el fondo (jamás lo van a reconocer) semejante aversión.
Los bibliotecarios también odian los libros. Algunos
poseen vocación y un sentido afecto a los textos, pero la mayoría ha encontrado
en esa ocupación una salida laboral; y las obras solo merecen catalogación, un
plumero de vez en cuando, agregar los nuevos al banco de datos y tratar
gélidamente a los inocentes que van en busca de un tema.
Lugones, Leopoldo. Cba 03/06/1874 – Tigre 18/02/1938.
Lunario Sentimental, La Guerra Gaucha, entre otros. Ver estante cuatro. Murió
trágicamente”...
Es que el libro es el símbolo de otra época. Y el
odio, recelo, desprecio, indiferencia, que despierta son la reacción de gente,
mucha gente, que hizo de la vida un mundo sin libros. Es decir sin problemas.
Es gente, mucha gente, que no quiere problemas. Sabe que en el diario andar
habrá inconvenientes, lo que no desea es que se le agreguen otros. Si a la rutina
laboral alguien suma el descubrimiento de que es posible otro mundo, a esa
persona se le crea un conflicto. Si un oficinista lee en un colectivo que un
personaje gris como él concluye su vida vacía, se le crea un problema serio. Si
a una muchacha una novela le hace crecer alas y al levantar los ojos se
encuentra presa en una ciudad cuadriculada, estará en dificultad. Esto en
cuanto a la lectura de ciertos textos. Pero además el libro como objeto
está considerado una antigualla. Carece de prestigio. Cualquier chirimbolo de
la última técnica es mejor visto..
Fragmentos, de Alberto Szretter
No hay comentarios:
Publicar un comentario