Despejo los dedos
a construida noche.
Noche que esparce en el día
haber nacido el suyo
y descansa besos
en figura de amor que llega
a
morder un suspiro
a derribar la sonrisa.
No hay rubor que se mienta
en cueva de peso
donde acomodamos
cuerpo y esencia, suelta
de prisión aparente
y en la tal de la huida, no es triste su medio.
Escrito tu sino a ritmo de rima, como
cualquier verso,
verso que tanto provoca, habla
corriendo mi propio velo
Descarriada,
dejo ver el ancla, a tu boca.
de Cuaderno de Poetas.
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